Un regreso
La bruja ciega contempla las nubes y sonríe. “¡Ya iba siendo hora de que
regresaras!” – grita al cielo.
La Energía Errante lanza una alegre carcajada y la nube se transforma en
viento, el viento en brisa.
“¡Ah, vieja bruja, ¿cómo es posible que supieras de mi llegada? Se la he
ocultado a los parlanchines ríos, a las curiosas mariposas e incluso a las
piedras, que suelen adoptar extrañas configuraciones para anunciar a los sabios
el futuro que se aproxima.”
-“Los sueños me anunciaron tu visita”, - explica la vieja bruja ciega a la
Energía Errante – “Me alegro de volver a
verte.”
-¿Sueños? – pregunta la Energía Errante divertida - ¿Desde cuándo crees en
ellos?
-Desde que el poder de los nigromantes ha aumentado – contesta la Bruja
Ciega.
-¿Nigromantes? – pregunta la Energía Errante atónita - ¿Qué nueva historia
es ésa?
La Bruja Ciega suspira. “Han sucedido tantas cosas desde tu partida... Pero entra y descansa", y la Bruja empuja suavemente la siempre etérea espalda de la Energía Errante hacia el interior de su cabaña."Hay un pastel de chocolate y nueces con
mermelada de fresas aguardándote en la mesa”.
Ambas se adentran en la vieja estancia que, aunque quizás un poco más polvorienta, permanece tal y como la Energía Errante la contempló por última vez: libros repartidos, o quién sabe: únicamente esparcidos, aquí y allá, el caldero dormido a la lumbre emitiendo sus rítmicos ronquidos habituales, mientras la estrella y la escoba descansan imperturbables en su acostumbrado rincón.
Ambas se adentran en la vieja estancia que, aunque quizás un poco más polvorienta, permanece tal y como la Energía Errante la contempló por última vez: libros repartidos, o quién sabe: únicamente esparcidos, aquí y allá, el caldero dormido a la lumbre emitiendo sus rítmicos ronquidos habituales, mientras la estrella y la escoba descansan imperturbables en su acostumbrado rincón.
La Energía Errante toma asiento y la Bruja Ciega le sirve un trozo de pastel al tiempo que le
pregunta cómo le ha ido.
“De lo acontecido no puedo quejarme.” -explica- “He vivido experiencias
muy variadas y he conocido a gentes de toda clase y condición, he hablado con
las montañas y con los fantasmas que las habitan, he mostrado mi respeto a los
antiguos dioses del Oriente y he sido cortés con los actuales; he recorrido
caminos polvorientos y calles asfaltadas para recibir al progreso digital que
imparable se desarrolla; he contemplado cómo construyen la paz los mismos que
se preparan para la guerra; he visto a
hombres desesperados por realizar un trabajo que haría sentir al mismísimo
Sísifo feliz de su destino; he visto el esfuerzo de los héroes del mundo y los
avances de los necios en la sociedad. Mientras templos como el del budismo esotérico de Kyoto muestran que en el interior espiritual del Planeta, guardianes eternos y feroces protegen y defienden al Rey
de la Austeridad, se insta de forma caótica y febril al consumo en la superficie exterior del Globo Terráqueo. He soportado el cariñoso
abrazo del sol y he sufrido su poderosa furia. He recibido al refrescante frio
del otoño y he padecido la silenciosa ira del invierno, ésa que congela el alma
de la naturaleza y hasta de los hombres... En este último viaje he envejecido
considerablemente, mis fuerzas han disminuído y observo con desesperación cómo
me abandonan día tras día. No he encontrado la fuente de la eterna Fuerza; la
fuente del verdadero Amor, tampoco. Sigo con vida, vieja Bruja, pero no he
alcanzado mis metas ni he logrado realizar las obligaciones que me impulsaron a
partir. Vengo como me fuí: con las manos vacías.
"¿También tu corazón está vacío?"- Pregunta la Bruja Ciega
"¡Vacío! ¡Vacío!" – exclama la Energía Errante- "¡Ojalá! Mis manos están vacías
pero mi corazón está atascado por el miedo y la desconfianza y mi cabeza está
atiborrada de dudas. Regreso más viejo, más cansado y más agotado. No creo que
puedas entenderme, Bruja. Aquí, en tu recóndita cabaña perdida en medio del
bosque, todo es claro y limpio. El mundo de afuera está en permanente guerra.
Los motivos poco importan. Si no existen, se crean. Es imposible entrar dentro
de sus límites sin ir protegido por una coraza y defendido por la espada nacida
de un noble acero y forjada por un buen herrero. Imposible. Puede ser que las
batallas ganadas y sobrevividas no te matan pero desgastan tus fuerzas hasta
convertir al más valiente de los héroes en un valiente gusano: valiente, pero
gusano.”
Los ojos ciegos de la Bruja se posan en su amiga pero sus labios permanecen
cerrados.
“La Energía Errante femenina, habla en masculino. La Energía Errante adquiere
la personalidad del yin aquí y del yang allá. La Energía Errante es Errante siempre. Lo que a los demás sorprende le es connatural a ella. Hoy en
masculino, ayer en femenino. La Energía Errante siempre Energía, siempre Errante,
siempre a la búsqueda. La búsqueda de lo que no encuentra ¿qué busca?”, se pregunta pensativa
la Bruja Ciega.
“Quédate un tiempo”, suplica finalmente, “Curaré tus heridas, pasearemos el
camino que dialoga con el arroyo y en las noches nos sentaremos bajo las
estrellas y tomaremos la sopa del caldero acompañada de una hogaza de pan poco
importa que sea duro o tierno, porque si es duro lo empaparemos en el caldo y
resultará aún más sabroso. Quédate un tiempo y reposa.”
“Me quedaré contigo, Bruja” – acepta la Energía Errante y su respuesta deja entrever una cierta
melancolía- "Dormiré, pasearé a tu lado y
tomaremos juntos la sopa del caldero. Esa será mi vida a partir de ahora."
La Bruja Ciega deja escapar una carcajada al aire que se convierte en cien
mariposas cuando se abraza con él.
“No te he pedido que te quedes para siempre”,- vuelve a reir, y como las
mariposas ya inundan la sala, tiene que correr a abrir la ventana para liberarlas.- "Eres Energía y eres Errante, dos rasgos que difícilmente te permitirán reposar mucho
tiempo en ningún sitio. Tu cansancio no cambia tu naturaleza. Eres lo que eres.
Está previsto que retomes tu camino cuando lleguen las primeras nubes del otoño.
Hasta entonces permanece conmigo.”
La Energía Errante sonríe con cansancio a la vieja Bruja y termina su pastel
antes de tenderse a descansar sobre el mullido lecho de paja que su amiga le
tenía preparado junto al fogón.
“Es peor de lo que yo pensaba” – se dice la Bruja Ciega a sí misma – “Peor, mucho peor. ¿Qué
es lo que está sucediendo? Incluso la estrella brilla de forma distinta a la usual...
Incluso el vampiro está más cansado y su palidez es otra distinta a la de antaño.
En vez de muerte mantenida en vida manifiesta muerte muriéndose. No es posible
que los tiempos oscuros estén regresando. No es posible. Pero si no es eso, ¿qué
es?” La Bruja Ciega contempla a su amiga con suma preocupación.
Una voz cargada de odio resuena a sus espalda.
“Nuestros tiempos llegan a su fin”, brama el vampiro, “Somos los últimos de
nuestra raza. Tú, la Energía Errante, yo. Lo que queda es la superstición, el
autoritarismo, la barbarie de los hombres, el dominio de las máquinas. Ni
siquiera tu estrella será capaz de sobrevivir. Todos y cada uno de nosotros va
a morir. Ese es el destino que nos espera, vieja Bruja Ciega."
La Bruja Ciega calla.
“Siéntate” – Ordena al vampiro tras reflexionar unos instantes- "Debemos
hablar. Es urgente. El tiempo ha llegado, y como es propio del Tiempo, siempre
llega cuando más escaso es.” Y la Bruja Ciega ríe con fuerza – “Ah, ¡este
sentido mío del humor!” Y ríe nuevamente.
“¿Dónde está el Espíritu?” -Pregunta con ira a la Estrella“- ¿Dónde ha
quedado el Espíritu? ¡Responde Estrella! ¡Responde!” Y la Estrella brilla
tímidamente “¡El Espíritu duerme! ¡Duerme! ¿Cómo es posible? ¿Todavía duerme?”
La Energía Errante se despierta a causa de la algarabía y se frota los ojos.
“¿Es un sueño?” pregunta con incredulidad mientras vuelve a sentarse en la
mesa, todavía cansado. “¿Tú y el vampiro juntos?”
“Tiempos extraños”, piensa la Bruja Ciega, “La Energía Errante, el Vampiro y
yo reunidos alrededor de la misma mesa acompañados por la Estrella, mi Escoba y
mi Caldero. La Visión, la Muerte y la Acción en marcha juntos mientras el
Espíritu permanece dormido. ¿Qué diantres está sucediendo?”
Se lleva con cautela las manos a los ojos con sorpresa hasta que la
sorpresa se convierte en miedo y el miedo en terror.
-“¡Puedo ver!”, grita la Bruja Ciega desesperada, “¡Puedo ver!”
-¿Y qué hay de malo en ello? – pregunta la Energía Errante al vampiro, sin
entender el espanto que invade a su amiga.-“ ¿A qué viene tanto horror? Si
puede ver...
-“Justo porque lo que ve es Nada”
– contesta con desprecio el vampiro.- “Y cuando una Bruja Ciega deja de ver lo
que sus apagados ojos debieran ver, es que no queda Nada con vida, ni siquiera
la Oscuridad, ni siquiera yo. Algo más allá de la Luz de los ángeles y de la
Oscuridad del Averno se ha despertado y nos devora. El mundo se precipita en la
Nada. Nosotros somos los últimos de nuestra raza, los últimos de nuestra
especie. Todos moriremos. Cada cual su muerte. La muerte de las Brujas es
distinta de la de los vampiros. En nosotros muere la muerte, en ellas la
visión. En tí, Energía Errante, se agotará la acción. Sólo la Energía y el
Espíritu podrían detener el proceso. Pero mírate: Tú eres Energía convertida en Errante, a causa de los cortocircuitos que sufre y el Espíritu duerme. Llevo años
intentando explicárselo a esta vieja Bruja Necia.”
“Si nosotros somos los últimos”, pregunta consternada la Energía Errante, “¿quiénes
son los primeros?”
“¿Los primeros después de la Nada?” – responde la Bruja con expresión
ausente – “Lo más probable es que sea una máquina. Es la Era de las máquinas lo
que se aproxima detrás de la Nada.”
“¿Sabes lo que eso significa, verdad?” – pregunta furioso el vampiro.
La Bruja asiente en silencio.
“¿Qué?” – demanda la Energía Errante cada vez más asustada.
“Que nuestro hábitat será invadido por los últimos hombres,”- responde el
vampiro con aspereza- “por aquéllos que busquen refugiarse y esconderse del
gobierno de las máquinas, por aquéllos que pretendan conservar su humanidad.
Nosotros morimos pero no se nos permitirá descansar en paz. Seremos invocados,
transformados en fantasmas sin conciencia, se buscarán nuestras palabras pero no nuestro Logos. Logos sinónimo de Verbo. Verbo: Unión de Palabra y Acción. No se busca el Logos. A nadie le importa su muerte. Llegan los tiempos de las supersticiones, ésos que creen ver señales
del destino y la providencia en una mota de polvo. Mientras en el Mundo deciden
las máquinas, el bosque se poblará de falsos profetas y visionarios. Seremos
mantenidos en una vida artificial sin posibilidad ni de morir ni de vivir.”
-“¿Qué podemos hacer?” – pregunta la Energía Errante desconsolada – “De
repente tengo un terrible dolor de cabeza...”
- "Detener a los Nigromantes" - contesta la Bruja Ciega con resolución. - "Su poder ha crecido desmesuradamente en los últimos tiempos."
- ¿Quienes son los "Nigromantes?", vuelve a preguntar la Energía Errante.
- La Energía Errante ha venido cargada de interrogaciones - interviene con desdén el vampiro.
- Podríamos decir que los Nigromantes son en nuestro mundo lo que los maltusianos en el mundo de los Humanos - contesta la Bruja sin hacer caso del Vampiro - Seres que desean la muerte de los otros, de todos aquéllos que por uno u otro motivo les parecen "sobrantes". Invocan a los muertos, los convencen de que van a llevarlos al Paraíso a base de plegarias y peticiones a las altas esferas. El problema es que los Nigromantes no hacen nada gratis: por cada petición exigen su pago, y el pago es el sufrimiento o incluso la muerte de un vivo. Los Nigromantes juegan con la desesperación de las almas que se mantienen en mitad del túnel y cuyo único deseo es poder llegar finalmente a contemplar la luz del Altísimo. Los Nigromantes utilizan ese deseo y esa desesperación para sus propios fines. Cuanto más vivos mueren más almas a las que esclavizar con letanías y oraciones que no encubren más que falsas promesas. Cuantas más almas burladas, más desesperación. Pero la desesperación, pese a lo que comúnmente se cree no pertenece al dominio de los Avernos sino al de la Nada. Créeme, si hay alguien en este mundo que tenga Esperanza esa es la profunda Oscuridad, siempre maquinando para hacerse con el Reino de la Luz. No. La desesperación, la falta de Esperanza, eso es cosa de la Nada. Los Nigromantes se creen mejores que los Vampiros porque no han hecho ningún pacto con la Oscuridad. Y es cierto: no lo han hecho. Sin embargo están aun más malditos que el más maldito de los seres de la Noche porque el acuerdo pactado es con la Nada. Al contrario de lo que se piensa las almas que no llegan hasta el Altísimo no caen en la Oscuridad sino en la Nada. De la Oscuridad siempre es posible salir. ¿Qué otra cosa sino es la Esperanza, más que la promesa de que a la Noche le puede seguir el Día y que de la Oscuridad es posible llegar hasta la Luz? Pero cuando la Esperanza muere, o se acepta su muerte y se consuela en la resignación "Hágase TU voluntad" o se termina cayendo en la desesperación. Y no: la desesperación no es la Oscuridad. El lenguaje es sabio: Uno no cae en la Oscuridad: es inundado, vencido por ella. En lo que se cae es en la desesperación; o sea: en la mísmísima Nada". Es allí donde se hunden las almas invocadas por los Nigromantes.
- "¿Incluso cuando conceden una nueva vida al mundo de los vivos a cambio de plegarias?"
-"Incluso entonces. Porque esa nueva vida concedida será una vida sin alma."
-" Por qué no se oponen?", pregunta la Energía Errante
- Porque las almas del túnel no saben que están siendo utilizadas. Ellas están convencidas de que están haciendo obras para ir al Altísimo. No hay muchas gentes que haga plegarias por ellas y esa falta de peticiones, explica el por qué de su comportamiento. Creen que es necesario devolver el bien que les hacen."
-" Por qué no se oponen?", pregunta la Energía Errante
- Porque las almas del túnel no saben que están siendo utilizadas. Ellas están convencidas de que están haciendo obras para ir al Altísimo. No hay muchas gentes que haga plegarias por ellas y esa falta de peticiones, explica el por qué de su comportamiento. Creen que es necesario devolver el bien que les hacen."
- "Empiezo a entender la misión de los contemplativos..."- susurra la Energía Errante."Esos que se dedican a rezar sin esperar recompensa"
-"Ya era hora" - interviene el Vampiro. - "Mientras tanto nuestro Mundo invadido por seres que huyen de su propio Mundo. En vez de dedicarse a proteger su hábitat, vienen a aposentarse en el nuestro"
-"No los culpes", musita la Bruja, "Ellos no saben cómo pueden solucionar lo que ni los mejores de su Mundo pueden solucionar. Quizás mantenerse con vida sea la primera forma de resistencia."
- "!Mientras nosotros morimos. En la Nada resulta Vivir
!Morir en la Muerte! - grita el vampiro- !Moriremos la muerte! Peor aún: !Esos idiotas nos impedirán morir y no nos permitirán vivir! !Habitaremos en fantasmagorías! !Existiremos como realidades mágicas deformadas y distorsionadas, corrompidas por la necedad y la superstición de los incultos!!"
-"El pánico no nos ayudará a salir del trance" - sentencia la Bruja.
- "La inacción de la Energía, tampoco." - afirma el Vampiro.
- "Necesitamos que el Espíritu despierte," - propone la Energía Errante.
- "Despertarlo es peligroso. Los Nigromantes no persiguen el triunfo de la Nada, sino su propio triunfo: El triunfo del Orden Eterno e Inmutable sostenido por las almas en pena que ellos han cautivado y esclavizado a base de lisonjas. Nunca se sabe dónde está el espíritu dormido y si se le reanima a destiempo es posible que su despertar sea el despertar del Orden Eterno e Inmutable de los Necromantes."
- "Distinto del Orden Eterno e Inmutable de la Oscuridad" - gime el Vampiro.
La Bruja contempla a la Estrella.
-¿Por qué no existirá un Orden Eterno e Inmutable de la Luz?, se pregunta con amargura
La Estrella refulge con dulzura.
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