Elba llama a la puerta


De repente alguien aporrea la puerta con impaciencia.

-¿Quién es? – demanda la Energía Errante.

-“Dejadme entrar lo antes posible, os lo suplico.”

-Es Elba – explica la Bruja.

-Lo que faltaba – protesta el Vampiro.

-¿Quién es Elba? – pregunta la Energía Errante.

-Otra bruja – responde el vampiro con tono despreciativo.

-Elba no es una bruja, -aclara la Bruja- Elba es una médium.

-¿Una médium? – pregunta desconcertada la Energía Errante.

-Alguien que se comunica con el más acá del más allá... – aclara con desgana el vampiro- Olvídalo, no lo entenderías.

Elba sigue golpeando la puerta.

-¡Abridle! - brama el vampiro- ¡A este paso me va a dejar sordo!

Elba entra y al contemplar la figura del vampiro se detiene paralizada por el terror.

-Tranquila Elba – interviene la Bruja- Estamos juntos. Ya te lo explicaré más tarde. Me alegro de verte a pesar de que los momentos no son los mejores.

-Los míos tampoco, - concede Elba- Necesito vuestra ayuda.

-¿Qué sucede?

-Hay un grupo de chicos atrapados en una cueva y les están ayudando a salir.

-Medio mundo, por lo que he escuchado – afirma la Energía Errante.

-¿Cuál es el problema? – pregunta la Bruja

El Vampiro mira fijamente a los ojos de Elba

-¿El entrenador? – pregunta asombrado- ¿Qué importancia tiene en esta historia el entrenador?

-¡Tiene que vivir! ¡Es absolutamente imprescindible que viva!

-¿Por qué habría de vivir un hombre que ha puesto en peligro la vida de un grupo de chicos? ¿Por qué tendríamos que salvarle la vida?

-Porque el mundo humano es un mundo lleno de errores; de errores y de soluciones. Si le dejamos morir, si permitimos que no consiga regresar a la superficie, muchos lo interpretarán como el castigo que merecen los que cometen errores. ¿Podéis imaginaros las consecuencias psicológicas para el resto del planeta? ¿Puedes imaginarte lo que es un mundo en el que todos y cada uno de los seres que lo integran tienen miedo a cometer errores, pequeños o grandes, por las consecuencias que se pueden derivar de esos errores? Salvadlo, por favor. ¡Salvadlo! No permitáis siquiera que él se arrebate la vida con la excusa de una muerte por honor. ¡Es fundamental que se presenten cargos contra él! ¡Es fundamental que pueda juzgarlo un juez! ¡Un juez! ¡Pero no una muerte como la que le espera! ¡Salvadlo! ¡Os lo ruego! ¡Debemos salvarlo!

Y el rostro del vampiro se torna oscuro y frío mientras sus ojos cobran un brillo especial.

-         - ¿Deberíamos? – pregunta lentamente, como sólo los Reyes de la Noche del Averno pueden preguntar - ¿Realmente deberíamos?

-          -Debemos hacerlo, - responde Elba- Al menos intentarlo. Un mundo en el que cualquier acción puede generar consecuencias no regladas por la justicia legal; un mundo en el que cualquier error puede tener consecuencias aleatorias e imprevisibles es un mundo peligroso en el que nadie se siente a salvo de nadie. Y cuando la desconfianza aparece, el caos empieza a gobernar y cuando el caos gobierna...

-         - ¿Sí? – pregunta el vampiro divertido...

-          -El Estado totalitario... – y la Bruja arrastra la frase tanto como arrastra sus pensamientos.- El Estado totalitario no os librará de la Nada.

-          -¿Seguro? – pregunta el Vampiro con confianza- Mírate, eres una Bruja que ve. ¿Cómo puedes saber lo que sucederá? La Oscuridad y la Nada siempre han sido grandes aliados ¿Lo has olvidado?

      - No esta vez. - musita la Bruja- Esta vez la Nada es demasiado poderosa. No lo veo. Lo presiento.
   
       -! Lo presientes! - grita iracundo el vampiro- !Eso es decir lo mismo que NADA! 

      - Es importante salvar al joven entrenador – repite Elba – Es un necio. Un necio de tan sólo 25 años. No merece la muerte. No de ese modo. Es preciso que sea juzgado.

El vampiro sonríe con dureza.



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