Silencio. Se rueda.

El nihilismo que impregnó y hasta cierto punto incluso destruyó la sociedad de hace un siglo se ha transformado en ironía primero y cinismo despues. Es algo que anticipó Nietzsche. Como frecuentemente suele suceder se identificó al profeta con la profecía y no dudaron en convertirlo erróneamente en el personaje maldito en vez de vislumbrar al intelectual genial y por genial trágico, que siempre fue. No sé quién lo dijo, tal vez Russell, no lo sé: los dioses suelen enviar grandes obstáculos a aquellos cuya grandeza supera a la del común de los mortales, como si de este modo quisieran exigir a los agraciados con la plenitud de talentos, la adecuada magnificencia de carácter para desarrollarlos.

Pero ¿quién conoce a los dioses? Nietzsche declaró muerto al Axioma Primero Dios y no creyó que el Axioma Primero Hombre que se había atrevido a tomar en sus manos la espada de la Libertad estuviera realmente capacitado para sustituirle. En la actualidad unos pretenden encumbrar a la inteligencia artificial al status de Axioma Primero, otros buscan como desesperados vida extraterrestre a la que poder coronar como tal, hay quienes aún buscan motivos universales por los que luchar, como el del calentamiento global y no faltan los que pretenden restaurar el Axioma Primero Dios declarado muerto.

Necesitamos un Axioma Primero, no cabe duda. Pero hasta que aparezca o lo hagan aparecer, yo me contentaría – a qué negarlo- con la ética kantiana que, mal que nos pese, es bastante individual al tiempo que universal y social. Darse a uno mismo reglas que tengan un alcance universal es bastante sensato. Uno toma la espada de la libertad hasta donde sus fuerzas le permiten y el límite de su uso es tomar al otro como fin y no como medio, lo cual no es fácil pero si la buena voluntad asiste no resulta imposible.
Kant era un hombre juicioso. Cuando se tienen once hermanos y se vive en una ciudad comercial como Königsberg amén de verse obligado a convivir día tras dia, año tras año, generación tras generación con los mismos parroquianos, - parroquianos que no son google y por eso tienen más memoria que google, porque a ellos nadie les obliga a olvidar y pueden además recordar lo que les venga en gana -, a uno no le queda más remedio que ser juicioso. De todas formas cuando piensen en Kant y se cuestionen el rigorismo moral de su ética no olviden plantearse una pregunta de trascendental importancia:

“¿Hay algo más peligroso que un insoportable hedonista narcisista?”

Sí. El sujeto que se odia a sí mismo.

Un individuo que se odia a sí mismo es una bomba de relojería, se mire como se mire.

De ahí que los hombres más  crueles no se atrevan a  ignorar las lágrimas de una mujer.

De ahí que los más valerosos guerreros tiemblen ante el dolor de la amada.

Caso de que alguna vez se topen con alguien vivo que afirme odiarse a sí mismo con la misma naturalidad con la que confesaría su edad y los centímetros que mide, háganme caso: huyan de él lo  más rápidamente posible y sin mirar atrás. Lo mínimo que les causará serán unos terribles dolores de cabeza. Y caso de que ese auto odio haya sido la consecuencia de las heridas que ustedes le produjeron –consciente o inconscientemente- o cambian de conducta y le sanan las lesiones o se alejan lo más rápidamente posible de su víctima.

 Pero no era esto de lo que yo queria hablar...

Macrón-Napoleón ha ganado y seguirá ganando. Es joven, socialmente brillante y burgués incluso en el amor, aunque no lo parezca. Exceptuando la diferencia de edad todo en esa relación es burgués y según medida: los mismos intereses, los mismos objetivos... A poco que uno lea la literatura francesa comprenderá que dos personas a las que les une tanto, ha de resultarles por fuerza indiferente la diferencia de edad. Lean ustedes "Rojo y Negro" de Stendhal, lean "Madame Bovary" de Flaubert, lean "Mon Bel Ami", de Maupassant y se darán cuenta de que lo único que no perdonan los franceses en el amor es la cobardía. La diferencia de edad poco interesa; ni siquiera los cuernos importan mucho si, como recomienda uno de los personajes de “Escuela de Mujeres” de Moliére, se saben llevar bien.

Así pues, lo fundamental en el caso de la relación sentimental de Macrón no es el aspecto rebelde, que ya digo no existe y mucho menos en los tiempos que corren, sino en el romanticismo que encierra.

Una relación que se mantiene a través de los años y de la distancia, una relación que se mantiene no sólo por la unión de los cuerpos sino por la unión de las almas, por la unión de los espíritus, es por fuerza, principio de inspiración a los jóvenes que empiezan a amar y motivo de envidia para los que una vez soñaron con encontrar su alter ego y terminaron o encerrados en su soledad o claudicando...

En tiempos en los que las artistas tienen “yogurines" y los hombres de dinero tienen “estatuas” y “monumentos”, el que dos personas que se pertenecen en espíritu hayan logrado vencer todos y cada uno de los obstáculos que les distanciaban, sin temer ni al tiempo ni al espacio, es algo que impresiona a las almas humanas contemporáneas.

Pero los neo y los pos no se detienen a considerar el espíritu y la importancia del espíritu en cada uno de los instantes diarios de la existencia. En vez de eso prefieren dedicarse por un lado a proclamar el fenómeno de que las parejas actuales se unen cada vez más atendiendo al equilibrio del pecunio de sus respectivos bolsillos, que cada vez existe menos desigualdad social entre los componentes de una relación, que el romanticismo es una pesada carga en el matrimonio, mientras que por otro ofrecen incansablemente consejos para mantener relaciones sexuales satisfactorias.

La Energía Errante baila un vals con la Eternidad...

Pero tampoco es de esto de lo que la Energía Errante les quería hablar.

Ni de que los periodistas, al igual que la Bruja Ciega y la Energía Errante, se han declarado incapaces de analizar la confusa situación política, cada vez más confusa. Y tampoco quería hablar de la escena de la mano entre Macrón y Trump que además de no haberle hecho falta a Macron para ganar las elecciones, lo único que ha conseguido ha sido bendecir a Fuenteovejuna para que Fuenteovejuna utilice aún más de lo que ya lo hace los gestos de fuerza en sus relaciones cotidianas. Sinceramente: ¿a quién beneficia esto o para qué sirve? 
Arriba es como abajo, pero como se decía en la serie “Ice Fantasy” ¿qué es el espejo y qué la realidad? Frase brillante donde las haya; frase que comprendería y compartiría el Montesquieu de las Cartas Persas...

Pero como ya digo tampoco es de esto de lo que la Energía Errante deseaba hablar.

No.

Y tampoco pretendía rasgarse las vestiduras porque Trump se haya retirado del Acuerdo contra el cambio climático; primero porque tal abandono tiene arreglo y segundo. porque lo que a la Energía Errante realmente le preocupa no es tanto el cambio climático como la limpieza de las aguas, la limitación de los pesticidas y la desaparición de las centrales nucleares, que nadie duda de que son muy limpias y  sumamente seguras mientras son seguras pero sumamente inseguras en el instante en que dejan de ser seguras además de que, seguras o inseguras, sus residuos, se pongan donde se pongan, son extremadamente peligrosos.

Tampoco.

Aquéllo de lo que la Energía Errante quería hablar es justo aquéllo de lo que no se puede hablar porque ello supondría abrir la caja de Pandora y bastante esperpento anda ya suelto como para que liberemos a unos cuantos más.

Qatar y la crisis de Qatar.

En los tiempos del trabajo escolar en equipo, de la investigación en equipo, de las competiciones en equipo, resulta cómodo culpar a Uno-Trump del Todo.

Los periódicos callan y no será la Energía Errante la que abra la boca.

Pero ustedes saben.

Y la Energía Errante lo “sabe”.

Al modo de intuición clara y distinta cartesiana.

Mantengamos la Caja de Pandora cerrada.

Total, se va a abrir ella sola...

Ah, ese Odio a uno mismo, cuántas tristezas acarrea.

Quiéranse mucho.

Será mejor para todos nosotros.

Creo...

La Energía Errante.



Comments

Popular posts from this blog

Elucubración: Olla tapada, olla destapada

El Mundo Intermedio.