Albatros

Lo digo y lo repito: los sentimientos son sumamente poderosos y si caen en las manos equivocadas abren el mundo dionisiaco de los avernos y únicamente generan caos, confusión y guerras. El mundo de los sueños – y esto es algo que suele olvidarse- es el mismo que el de las pesadillas. Uno sólo puede sobrevivir en el mundo de los psicópatas creándose otro mundo propio dentro de una burbuja que lo proteja, pero incluso en este caso no es seguro que los psicópatas no se decidan un buen día a romper esa burbuja y a penetrar en ella. Y no, no lo harán por la fuerza. Al menos no desde el principio. Válgame el cielo, ellos no son bárbaros. Lo harán utilizando el consabido “te quiero”, “es por tu bien” intercalado con los más variados insultos caso de que el refugiado en la burbuja se resista y se niegue a abandonarla. Lo mejor que puede hacer el desdichado en ese momento es escapar. Lamentablemente esto no siempre resulta posible, pero es que incluso en el caso de que la huida resulte factible ella no garantiza en absoluto el éxito: nadie puede descartar el aterrizaje en mundos todavía más psicopatizados que el anterior...

En el fondo es en esto en lo que se han basado y se basan todas las grandes manipulaciones de este mundo: el “por tu bien” se alterna con el “arrepiéntete pecador por tus pecados”, con la amenaza de diferentes “avernos”, con el “no sabes el daño que causas”, con el “piensa a dónde conduce tu actitud”, con el castigo privado primero y el público después.

Lo que convierte al mundo psicopático en psicópata no es, pues una conducta que, como digo, es tan vieja como el mundo mismo. No. Lo que determina que el mundo psicopático sea psicópata es que el pecador está lejos de ser un pecador, que el supuesto trasgresor de las normas no lo es en absoluto; más aún: se esfuerza hasta el agotamiento por complacer las expectativas del psicópata porque las ha hecho suyas; pero el psicópata lo ha convertido en “culpable” en su mente y da igual lo que haga, la condena será de un modo u otro siempre la misma: a muerte.

Así que en este caso las heridas que el inocente sufre son dobles: por inocente y porque ni siquiera ha sido un rebelde, quizás incluso hasta colaborador por complaciente. Pueden ustedes imaginarse cuando un día por la mañana descubre rota su burbuja y por una vez en la vida acierta a vislumbrar que no ha sido el viento quien “casualmente” la ha destruido, ni que ha sido por su bien, ni que ha sido por haber cometido un delito de lesa majestad. No. Ha sido simple y llanamente porque alguien le había declarado culpable desde el momento mismo de su nacimiento y sus ataques han ido aumentando en número y grado a medida que el inocente crecía. Y el inocente aterrado descubre con horror que su subconsciente ha sabido siempre la verdad y que ha sido esa verdad precisamente la causa de la construcción de su burbuja. Una burbuja que él empecinadamente ha pretendido considerar aposento pero que en realidad se trataba de una protección contra el mundo exterior que le había condenado del mismo modo en que fue condenado el Sigfrido de Calderón de la Barca: “Por un delito no cometido”.

Ustedes, claro, ya sabrán todo esto. La energía errante, en cambio, empieza a descubrir la auténtica realidad cuando las canas cubren sus cabellos y el terror los eriza sin que ella pueda hacer nada por impedirlo. Jorge el tranquilo Jorge, nunca ha podido entender el alma de la energía errante; la ingenuidad de la energía errante en los temas prácticos de la vida le ha asombrado desde que se conocieron. Que la energía errante, tan inteligente para los temas teóricos –asegura el tranquilo Jorge- sea incapaz de manejarse con soltura en los asuntos mundanos es una conducta que sigue admirándole. 

“No entiendo tu temor ante el hombre-masa”, le reprocha tranquilamente el tranquilo Jorge, “con quién si no crees que trato yo todos los días? ¿Por qué me ocupan tanto tiempo mis asuntos importantes? Por la sencilla razón de que tengo que tratar con una cohorte de individuos que aseguran que he dicho algo que no he dicho e incluso que he escrito algo que no he escrito o que lo que he escrito implica algo que en absoluto implica. Y menos mal que mi espíritu es tranquilo y no se deja impresionar fácilmente; en otro caso, francamente, no sé cómo podría soportar tanta estupidez que se cree sabia porque es capaz de leer y escribir. A tí te molesta que los comentarios no hayan entendido ni una sola palabra de lo que has escrito, que pongan en tu boca palabras e ideas que nunca has dicho ni pensado y puedes, sencillamente, privatizar aquello que escribes. ¡Feliz tú! Yo no puedo. Mi trabajo y mi sueldo dependen justamente de ocuparme no sólo de los asuntos de esos memos que llegan a mi despacho con más ínfulas y pretensiones que las que el sentido común y el decoro admiten, sino de esos que creen saber más que yo, más que los jueces y más que las propias leyes. Tú, en cambio, consideras extraordinaria cada puñalada normal de este mundo y al mismo tiempo serías capaz de explicar los motivos, causas y consecuencias correctamente.” 
Y el tranquilo Jorge cuelga tranquilamente para ir a ocuparse de sus asuntos importantes y cotidianos; de esos que empañan los cristales de la ventana, de esos que obligan a la Energia Errante a introducirse en una burbuja para poder respirar, de esos de los que la Energía Errante ha huido siempre hasta que han conseguido atraparla, rodearla y de los que la Energía Errante aun sigue huyendo, huyendo de aquellos que la han condenado sin motivo ni causa. Sigue huyendo sin ni siquiera saber si todavía la persiguen o no, si la han olvidado o se trata de una simple tregua. 
La Energía errante huye, huye...

Y Jorge el tranquilo Jorge escribe un mensaje a la Energía Errante: “Mi querido Albatros... ¡vuela!”

Y la Energía Errante recuerda... “Albatros” era como solía llamarla el tranquilo Jorge. “El Albatros es un ave esplendorosa, llena de fuerza y magnificencia cuando despliega su vuelo en las alturas” –les explicó un buen día a ella y a Carlos Saldaña- pero en cuanto toca tierra se convierte en un pájaro torpe e indefenso y no es extraño que para no tener que ir a tierra muchas de ellos prefieran para reposar en los mástiles de los barcos...”  “Albatros”, lo había olvidado. En aquel tiempo la observación del tranquilo Jorge le pareció casi una ofensa. Con Jorge el tranquilo uno nunca sabe a qué atenerse. La tranquila lengua del tranquilo Jorge es un arma mortal.

Sí. La energía sufre cortocircuitos. Sus vivencias personales se mezclan con los análisis y eso no es adecuado. Pero esto, que no sea adecuado, no se debe a lo que ustedes piensan. Su “inconveniencia” no es causada por su falta de objetividad, por su inexactitud, por la confusión entre las "vivencias personales" de la Energía Errante y las "vivencias objetivas" de los acontecimientos.

No.

El problema es que la Energía Errante, teórica de pro, albatros de Jorge, debe obligatoriamente introducir sus experiencias personales a la hora de analizar teóricamente los hechos porque es la única manera de comprender la realidad. Y esto: que sea la única manera, es lo que hace tan complicado el análisis. Es la era posmoderna, la era de la realidad virtual, la era del Todo en el Uno y el Uno en el Todo. De ahí las dificultades a la hora de separar lo privado de lo público, lo subjetivo de lo objetivo, el sentimiento de la razón.
En este momento sólo hay dos naciones que saben, porque lo saben, lo saben con la sabiduría de las ideas claras y distintas cartesianas, que resulta imprescindible separar el análisis teórico de las vivencias personales pero saben, igualmente, que el resto de las naciones no actúan así y no dudan en utilizar esta debilidad para su propio provecho. Una de esas naciones es Alemania; la otra es China. Curiosamente cada una de ellas ha llegado a la verdad por caminos distintos y casi contrarios. Alemania gracias a la Ilustración; China gracias a su tradición místico-mitológica.

Ustedes no entienden, claro.

No entienden porque la mayoría de ustedes creen que la Ilustración es empírica y técnico-científica y no lo es; creen que la tradición místico-mitológica no expresa más que emociones y enseñanzas morales de viejos tiempos patriarcales y tampoco es así.

Tanto la Ilustración como la tradición místico-mitológica se apoyan en realidades objetivas y bien objetivas. La Ilustración es idealista porque defiende principios universales, pero en tanto que pretende concretizar esos principios universales en leyes ha de luchar contra el sentimentalismo religioso y contra el sentimentalismo de una tradición obsoleta y ello le obliga una y otra vez a no dejarse impresionar por las lágrimas, quizás hasta puntos que rayan –no lo niego- la frialdad. Esta es la frialdad contra la que se rebeló el romanticismo. Un romanticismo que floreció curiosamente en Alemania y Gran Bretaña, en las cuales se habían enfrentado el catolicismo y el protestantismo con inusitada fuerza. El protestantismo tuvo que escudarse del sentimentalismo católico, del sentimiento de culpa que el catolicismo pretendía hacerle sentir por considerarle el causante de la ruptura de la unidad cristiana, negándose a comprender que el protestantismo era simplemente la consecuencia de los desórdenes del catolicismo; no el origen. La energía que el protestantismo necesitó para liberarse de todos los reproches le convirtió en extremadamente desconfiado ante las lágrimas, las suyas propias incluidas. Eso le arrojó a una frialdad marmórea y conllevó la rebelión de los sentimientos torturados y castrados y la aparición del romanticismo. Pero el romanticismo, recordémoslo, empuñaba no sólo la espada de las emociones sino también de las viejas tradiciones que luchaban con todas sus fuerzas por volver a imponerse. El romanticismo no es simplemente sentimentalismo: es sentimentalismo reaccionario. Y como ya dije en uno de mis blogs, el romanticismo fue la causa de las guerras más cruentas del último siglo así como uno de los bastiones en los que se apoyó el nazismo.

A los alemanes actuales no les ha quedado pues, más remedio, que hacer un esfuerzo casi heroico por separar lo racional de lo irracional, lo objetivo de lo subjetivo, lo real de lo virtual. No es una lucha fácil. A veces se les critica por inhumanos, cuando simplemente son humanos solucionando lo inhumano y a veces, hartos de luchar, caen ellos mismos en los más oscuros calabozos de las emociones y las rebozan de objetividad. Y sin embargo, y esto es lo importante, incluso en dicho estado lamentable saben –porque lo saben- dónde están y dónde no están. Y saben que “rebozan”, pero no mezclan.

En cuanto a China, su tradición mística-mitológica le libra de grandes males, aunque ni ella misma lo sepa. Es cierto que una revolución abolió unas determinadas tradiciones: la política e incluso la cultural, y las abolió por las mismas razones por las que Lutero se enfrentó al catolicismo de su época: porque estaba carcomida por el tiempo y se apoyaba en tradiciones obsoletas y huecas. Sin embargo, y esto es lo fundamental, no derogó la tradición mística-mitológica china, del mismo modo que Lutero tampoco se enfrentó a la religión ni intentó que sus contemporáneos dejaran de creer en Dios. Y ello porque la tradición místico-mitológica en China igual que la tradición religiosa en Europa eran (y son) un elemento constitutivo de su ser. Si la tradición místico-mitológica desaparece en China, es China la que desaparece. Y lo mismo sucede si desaparece la tradición religiosa en Europa (donde incluso el laicismo ilustrado estuvo siempre revestido de religiosidad. Desde este punto de vista, la expansión de la religión musulmana en Europa no es más que la confirmación de que la tradición religiosa constituye a Europa.)

La tradición místico-mitológica china plantea una pregunta desgarrada y desgarradora: “¿A quién me debo? ¿A mí o a la familia? ¿A la familia o al clan? ¿Al clan o al Estado? Por qué felicidad debo luchar ¿por la mía o por la de mi familia? ¿por la de mi familia o por la de mi clan? ¿por la de mi clan o por la del Estado?”

Y esa pregunta desgarrada y desgarradora es la que China misma se hace desde su origen. La tradición místico-mitológica deja al individuo libre en su respuesta, pero muestra las diferentes consecuencias. Si el individuo únicamente piensa en sí mismo, la familia se viene abajo, el clan queda desmembrado y el Estado se pierde. Si el individuo únicamente piensa en el Estado, en el clan y en la familia se pierde a sí mismo y por tanto deja de ser útil tanto para su familia, como para su clan, como para el Estado. Cada organización necesita de hombres con creencias firmes y conductas flexibles, igual que el río que ha de llevar el agua que fluye por el cauce sin desbordarse y sin secarse. Y para lograr esto es importante que el individuo conozca y separe adecuadamente la estabilidad del cauce de la ligereza del agua.

Y sí es cierto, la tradición mística-mitológica gusta de los juegos de las apariencias, de las sombras chinescas, y esto como modo de enseñanza: “reflexiona: a veces lo que ves no es lo que es; a veces lo que es, no es lo que ves” La tradición místico-mitológica china advierte de la realidad virtual, no la fomenta.

Tanto Alemania como China cuestionan una y otra vez lo que oyen, lo que ven; en definitiva, lo que perciben. El juicio crítico resulta en Alemania fundamental, por eso ese constante pensar y repensar y analizar hasta el cansancio. En China el juicio crítico es trasmitido por esa tradición místico-mitológica que es, justamente, la que consigue convertirla en lo que la Energía Errante denomina “el país de la armonía de los contrarios”. Es “armonía” y es “de los contrarios” precisamente porque cada uno de estos conceptos está sumamente definido y es al mismo tiempo extremadamente flexible sin que ello conlleve salirse de su cauce. Los desbordamientos nunca son útiles ni logran la armonía, ni consiguen una victoria definitiva sobre el contrario porque se agota rápidamente y puede ser fácilmente contrarrestada por éste con cualquier simple estragia. 
El cauce aunque parezca contradictorio permite la libertad al tiempo que sus márgenes protegen del neo-cinismo posmoderno, que no es más que el originado por esa vana creencia de pensar que cada uno es constructor de su propio rio y que el rio fluye en cada momento y en cada situación por dónde a él le plazca. La flexibilidad de la armonía de los contrarios, en cambio, intenta sortear del modo más inteligente posible los sucesivos obstáculos al que el continuado fluir ha de enfrentarse, ya sean piedras, remolinos, o diques.

No. No conozco China. No he estado nunca en China. Pero a veces una serie bien hecha muestra más que mil ensayos. Me refiero a Ice Fantasy. Poco importa que los escenarios sean de cartónpiedra, poco importa que los efectos especiales no sean de costes millonarios; Ice Fantasy es una de esas series que ofrece acción a aquellos que únicamente quieren entretenimiento, pero proporciona igualmente sabiduría a los que buscan algo más. Este “algo más” es un cúmulo de enseñanzas acerca de cómo piensan, cómo reflexionan, cómo actúan, los hombres de almas nobles. Tampoco ellos están inmunes a las debilidades y a los errores, a las preguntas desgarradas y desgarradoras, tampoco ellos resultan siempre triunfadores y han de sufrir humillaciones y vejaciones. Su magia no les libra de la muerte y la supervivencia les obliga a cometer acciones de las que no se sienten orgullosos. Hablar no siempre refleja el Logos, sino que consiste en un juego de preguntas y respuestas. Pero Ice Fantasy muestra algo mucho más importante: El psicoanálisis no tiene sentido de ser. El mundo de los sueños tiene su propio mundo; a veces puede prever el futuro pero el futuro no es fijo y por tanto las predicciones son siempre inciertas. La única psicología que realmente tiene sentido es la conductivista: Estímulo – respuesta. Pero, y en ello consiste lo emocionante, a un estímulo corresponden diversas respuestas, y cada una de estas respuestas son al mismo tiempo nuevos estímulos que implican diversas respuestas y así hasta donde la mente de un hombre pueda considerar, elucubrar o maquinar, dependiendo del carácter de ese hombre. 
¿Se imaginan ustedes cuántas posibilidades se abren? Detrás de una puerta elegida se abre otra ¿pero qué hubiera pasado si en vez de elegirse una se hubiera elegido la otra?  ¿qué pasa si las puertas son siempre las mismas y lo que cambia es el elector? ¿Puede un hombre enfrentarse a lo que otro anterior no pudo? Sí. Si puede. Puede porque los demonios internos, -nuestras emociones- nos afectan a nosotros individual y particularmente pero no al otro; porque el Logos y las estrategias son comunicables; pero las emociones son siempre solipsistas. Y así uno no puede enfrentarse y vencer a sus propios demonios pero otro en su lugar sí puede porque no son suyos sino de otros. Es el famoso "yo por tí y tú por mí". La colaboración entre los individuos resulta imprescindible, incluso en los planos más oscuros y sombríos de cada uno de ellos, 
El psicoánalisis europeo que anima, casi obliga, a un individuo a enfrentarse él mismo a sus propios demonios queda de este modo probado como equivocado, equivocado por inútil e inefectivo: un individuo no puede vencer a sus propios demonios. Incluso el mero hecho de aceptarlos e "integrarlos" ya es una tarea harto difícil porque siempre se corre el peligro que el demonio termine devorándolo a uno. Son otros los que luchan contra nuesros demonios, otros los que consiguen liberarle de esos demonios. Y ello implica que el camino nunca es hacia dentro y hacia abajo, el camino para el éxito nunca es introspectivo; el camino del éxito es hacia afuera, abrirse al exterior porque es en el exterior donde están aquellos que pueden matar nuestros demonios.

¿Puede llegar a conocerse el hombre verdaderamente noble? Sí. A veces por su esplendor; a veces sin embargo, justo por lo que este esplendor pretende esconder. Un hombre muestra sus ricas vestimentas, sin embargo sus manos son ásperas y sus uñas sucias; una mujer ejecuta a la perfección una bella canción, pero la canción es demasiado dulzona para ser de una noble mujer... La tradición mística-mitológica incluso cuando está adaptada a nuestros días, espera –casi exige- que el individuo aprenda a distinguir las sombras de las luces.

Hay algo más: la tradición místico-mitológica como la tradición ilustrada son conscientes de que el conocimiento no es algo dado sin más sino una conquista. En Ice Fantasy el acceso a la biblioteca está prohibido. Sólo una razón imperiosa permite su acceso. La tradición ilustrada era consciente de ello también. Tanto para la tradición místico-mitológica como para la tradición ilustrada el conocimiento se divide en teórico y pragmático. El conocimiento pragmático es el que se aprende a través de la acción, de la experimentación. El conocimiento teórico, en cambio, no es algo dado, no es algo que se encuentra tirado por el suelo, ni mucho menos que deba ser dado en papilla a los niños, quieran éstos o no; el conocimiento teórico es una conquista y como tal ha de ser valorada en su justa medida. En este sentido, los libros significan el acceso a un mundo en el que se da cuenta de la realidad, que la explica, pero que no la hace.  En este sentido, los libros son los auténticos albatros: desde los cielos vislumbran el mundo, pero cuando en cuanto se posan en el suelo se transforman en simples hojas de papel que cada cual utiliza a su gusto y manera. De ahí que deban de ser protegidos a fin de no ser destruidos sin que el destructor ni siquiera lo note.

La tradición mística-mitológica muestra que hay madres que buscan la felicidad de sus hijos, aunque sus decisiones no concuerden con sus propias idas y madres convencidas de que la felicidad de sus hijos es la suya propia y por eso ayudándoles atraen sobre ellos (y ellas mismas) la desgracia; reyes-padres estrictos que equilibran la balanza de su poder como rey, sus deberes como gobernante, y su cariño paterno; reyes-padre que subordinan sus hijos a su poder y reyes-padres que no tienen ningún pudor en asesinar a sus propios hijos para así perpetuar el poder del que disponen. La tradición místico-mitológica muestra abuelas y amigos que se convierten en traidoras porque creen que de esta manera podrán salvar a sus nietos y a sus compañeros y así, son traidores que han vendido su alma para salvar a aquellos que amaban; lo cual –muestra la tradición místico-mitológica- es un error porque la traición no resuelve nada y vender el alma no salva a nadie y pierde al que la vende, pero sobre todo enseña que la amistad y la enemistad descansan en finas capas de hielo y que ambas dependen, de las circunstancias. A veces el amigo, sin pretenderlo, sin desearlo siquiera, se convierte en enemigo; a veces el enemigo aunque le pese y le moleste, se convierte en amigo.

¿Pero quién ve Ice Fantasy? Y sobre todo ¿quién se detiene a intentar comprender sus enseñanzas?

El espectador tiene la impresión de que la serie ha sido especialmente creada para no ser vista más que por unos pocos; el comienzo resulta al espectador occidental, acostumbrado a la rapidez vertiginosa, demasiado largo: primero una canción cantada de principio a fin, seguida del resumen de lo acontecido en el capítulo anterior. El final está elaborado a base de una canción en la que se muestran fotogramas de lo acontecido en el capítulo que se acaba de visionar.

Y sin embargo, el contenido es tan profundo y tan superficial a la vez; tan rápido y tan inmutable, que cada uno de sus capítulos exigiría un cine-club, cine-club al modo de los antiguos cine-clubs: uno de esos en los que no sólo se analizaba la calidad de la imagen, del sonido, de los efectos especiales y del vestuario sino también lo que los personajes dice, cómo son sus reacciones.

No sé quiénes son los guionistas. Lo único que puedo decirles es que introducen a los espectadores en un mundo de fantasía para mostrarles cómo se vive en la realidad y que si hay algo que comunique la ficción con verdadera existencia, ese algo no es el sueño calderoniano sino el “juego”
Vivir –sea dormido o despierto- es un juego y como tal la diversión se intercala con la seriedad, la estrategia ocupa un lugar fundamental y la cordialidad entre los jugadores no ha de impedir competir.

Y es entonces cuando finalmente la pregunta desgarrada y desgarradora es contestada: Uno juega por su felicidad, por la de su familia, por la del clan, por la del Estado pero sobre todo por seguir vivo, por saberse vivo.

 Los muertos no puede jugar, quizás sueñen, quizás ayuden de una forma u otra a algún jugador. Ellos mismos, permanecen fuera.

Pero nada de esto, nada de esto sabe una posmodernidad hija del reaccionario romanticismo. Nada sabe la posmodernidad que por romántica se basa únicamente en emociones y por reaccionaria no puede conllevar más que un ignorante populismo.

Nada, nada de esto sabe la posmodernidad. La música sólo sabe de sentimientos, dicen que ha dicho el ganador portugués de Eurovisión. Grandes reacciones. Pero reacciones falsas. De repente  “la música que sólo sabe de sentimientos” es contrapuesta a “la música que sólo sabe de bailes” ¡Menudo antagonismo! ¿Tanto escándalo para quedarnos en esto? ¿”Música de sentimientos” versus “Música de baile”? ¿Realmente la música sólo sabe de sentimientos o de baile?  ¡Cómo si el baile no danzara al son de sentimientos! ¿Esa es la verdadera cuestión? No sé qué hubiera dicho al respecto Haydn, él que tanta atención prestaba a la técnica. Curiosamente en el mundo de “sentimientos” versus “baile” la música no es una tarea técnica. Sea como fuere, lo cierto es que el cantante portugués no anda descaminado: incluso cuando la música es técnica artesana esa técnica va dirigida a despertar determinados sentimientos y a dormir otros. Por eso no me extraña que en Ice Fantasy se afirme que “no es aconsejable oir música cuando uno está triste” y que quien lo dice sea justamente el personaje que utiliza su instrumento como arma que es ni más ni menos que la reina del clan de los espíritus.

Sí. La tradición mística-mitológica sabe del poder destructivo de la música, tanto como de su poder regenerador. Un instrumento de música puede convertirse en un barco que nos permita atravesar los ríos más peligrosos o propagar las energías más destructivas. Los guionistas de Ice Fantasy lo saben; los músicos de Eurovisión, en cambio, prefieren enzarzarse en discusiones acerca de la "decoración" "música melódica" o "música de baile."

En esa terrible posmodernidad, digo, digna hija del romanticismo reaccionario, digo, y el romanticismo es siempre reaccionario, digo, porque se apoya en visiones esperpénticas de la realidad, digo, que no coinciden en absoluto con estas, digo, es en la que ahora Occidente está envuelta. La música es sentimiento. La prensa, también. Los medios de comunicación se han convertido hoy en meros transmisores de sentimientos. De ahí su miseria. Y todavía se atreven a preguntar-se en qué descansa la causa de la misma y no dudan en aferrarse a diversas teorías de la conspiración que les libren de cualquier asomo de responsabilidad. O son los antimainstream, dicen los mainstream; o son los mainstream, dicen los antimainstream. O son los políticos, dicen los antimainstream y los mainstream; o es la sociedad, dicen los antimainstream y los mainstream mientras los unos empachan con historias para no dormir y los otros atiborran a los lectores con consejos sobre cómo freir un huevo, cuál es el colegio apropiado para su hijo y las normas de comportamiento en un restaurante de lujo. En fin... 

Los rusos van y llaman a la prensa “esquizofrénica”, seguramente porque es la única manera de que les comprendan esos postmodernos ignorantes; ignorantes porque son posmodernos sin saber todavía en qué consiste la posmodernidad; porque abrazan la realidad virtual igual que se abrazan a un cohete de pólvora: con la confianza de ser trasportados a otros mundos. Sí, ¡al infinito van a llegar!

Sí. Rusia podría ser tan ilustrada como Alemania y tan místico-mitológica como China. El problema en estos momentos, a mi modo de ver, es que el deseo de venganza, el deseo de imponerse, le impide concentrarse en el juego. Tan pronto se desborda, como se repliega; tan pronto va hacia delante como hacia detrás. Está buscando sin encontrarla una estrategia con la que ganar y con ello se olvida de jugar. Rusia podría ser como Alemania y como China si se concentrara de una vez por todas. 

Occidente desconfía de Rusia-Putin. Rusia-Putin es una cínica, afirma Occidente. Y en efecto, puede ser que Rusia-Putin sea una cínica, pero esta afirmación exige igualmente dos precisiones. 
Una: cuando Rusia-Putin es cínica sabe que es cínica y que está actuando cínicamente.
Dos: su cinismo proviene de la caída del Logos, no de la entrada en la realidad virtual. 
El ruso “sabe” dónde está su “pecado original”, por llamarlo de alguna manera. El nuevo hombre masa Fuenteovejuna occidental no tiene ni idea. Su cinismo nace de su ignorancia y su ignorancia de su vanidad. El nueo hombre masa Fuenteovejuna está convencido de que las cosas son como él dice que son, como él asegura que han de ser, y eso en cada momento y en cada situación. El cinismo del hombre masa Fuenteovejuna occidental le impide dar cuenta de la realidad, analizarla correctamente, prestar atención tranquila y equilibradamente. Lanza un par de frases slogan al viento, donde creen que caben y ya está. Eso mismo hacían, me explicó tranquilamente Jorge hace muchos años, un par de conocidos suyos a la hora de hablar inglés. No lo dominaban pero habían aprendido un par de frases que aplicaban cuando consideraban que el momento era el oportuno y el resto del tiempo callaban. Como cuando hablaban decían lo adecuado, pensaban de ellos que era la sabiduría lo que les impedía hablar cuando estaban en silencio.

Lo mismo sucede ahora. El hombre masa Fuenteovejuna occidental suelta a diestro y siniestro sus slogan, sus frases hechas, y mientras el hombre sabio pondera lo que hay de verdad y de error en ellos, el hombre masa Fuenteovejuna considera el silencio del sabio duda, indecisión e ignorancia y no tiene ningún reparo en reirse de él y de llamar “tonto” al sabio, y cuando el sabio finalmente ha elaborado su réplica el hombre masa Fuenteovejuna le pregunta que de qué habla, le dice que eso pasó hace mucho tiempo, le replica que el conocimiento está sobrevalorado, o en plan amenazante le interroga qué quién se ha creido él que es para llevarle la contraria o se rie de lo largo de su discurso; el hombre masa Fuenteovejuna no tiene tiempo para leer así que lee en diagonal y contesta lo que le viene en gana con independencia de lo que haya escrito porque al fin y a la cabo, el hombre masa Fuenteovejuna crea la realidad y ello también incluye lo que hay escrito y "su" verdad es verdad porque es "suya".

¡Acabáramos!

Díganme ¿no les empieza a resultar molesto ese empeño de algunos en conservar la enemistad que una vez existió entre los Estados Unidos y Rusia pero que al día de hoy, ya no sé ni cuántas veces lo he repetido, resulta tan inútil como contraproducente y nociva? ¿Esos que pretenden tan obsesivamente mantener las posiciones encontradas entre Rusia y Estados Unidos aún no se han dado cuenta de que existen enemigos comunes a los que ambos tienen que hacer frente porque por separado no sólo no lo consiguen sino que introducen más caos que soluciones?

Conversaciones entre Trump y Putin, igual que conversaciones entre Trump y Merkel. Pero no, no pueden ser iguales. Las de Trump y Putin versan sobre conversaciones secretas y la de Trump y Merkel, no. Pero por si fuera poco ¡”Conversaciones secretas” a estas alturas! Resulta hasta divertido escuchar hoy en día hablar de “conversaciones secretas”. No saben ustedes la cantidad de caminos que siguen los correos electrónicos que ustedes envían a sus más íntimos; el más conocido, el que su correo electrónico sea reenviado por el receptor elegido por ustedes a otros receptores elegidos por él. Uno envia un correo de amor a su novia Pepita, le abre su corazón en la confianza de que son dos seres sin tiempo y sin espacio unidos por un sentimiento común. Uno cree que se lo envía a ella y únicamente a ella. Y puede ser que, aunque en efecto, Pepita le ame, Pepita no tenga el más mínimo pudor en enviar todos los correos que recibe de su amado a sus amigas. Éste, como digo, es el camino más inocente de todos los que puede hoy en día seguir un correo electrónico. Imagínense ustedes cuando se trata de “conversaciones secretas” que a nivel simbólico pueden ser consideradas “conversaciones amorosas con un alto contenido erótico” . (Lo siento, ustedes ya conocen el humor de la Energía Errante)

Las conversaciones entre Trump y Putin deberían ayudar a que ambos países acercasen posiciones. En tiempos en los que no cesa de hablarse de la necesidad de “mantener el diálogo”, cualquier otra cosa resulta ridícula.  ¿Para qué si no se va a “mantener el diálogo”? ¿Para reunirse a tomar el té de las cinco?

El cinismo del hombre masa Fuenteovejuna occidental consiste en pensar que “mantener el diálogo” no significa otra cosa que “mantener el status quo”. Aquí, en la confusión del lenguaje, en la trasposición de los vocablos, es donde empiezan no los famosos “malentendidos” sino el terrible cinismo, que es – precisamente- el anticipo de nuestra corrupción y el aviso de nuestra derrota.

Y sí. Estoy convencida de que Putin y Trump se han reunido y han hablado de temas serios y de temas muy serios y muy secretos. Puedo imaginarme que el favor de Putin de advertir a Trump fue devuelto con un favor de Trump de advertir a Putin. Pero si alguien debe estar ofendido en este caso no es ni Putin, ni Trump, ni Rusia, ni los Estados Unidos, sino Israel. Porque si es verdad que Israel aportó una información confidencial a condición de que esa información quedara en estricta confidencialidad, dicha información hubiera debido quedar en estricta confidencialidad. Nadie sabe por qué medios la ha conseguido Israel y tampoco si hay vidas humanas de por medio que corren peligro en este momento.

Las conversaciones entre Putin y Trump que se mantienen y deben seguir siendo mantenidas, no sólo por el bien del diálogo, signifique lo que signifique este diálogo, sino porque como muestra Ice Fantasy la amistad es una fina capa de hielo sobre la cual ha de patinarse con cuidado porque puede quebrarse en cualquier momento. Rusia y Estados Unidos fueron aliados en la Segunda Guerra Mundial porque tenían intereses comunes, dejaron de serlo en cuanto sus intereses se hicieron incompatibles; al día de hoy y se mire por donde se mire, hay más intereses que les unen que conflictos que les separan. Los nostálgicos se obcecan en la confrontación seguramente para evadirse de otros problemas, pero la confrontación con Rusia no aporta ninguna ventaja, ni militar, ni estratégica, ni económica.

Se dice que Rusia financia los populismos. ¿Quién financió el fascismo europeo hace ochenta años? ¿También fueron los rusos? El simple vuelo de una mariposa puede originar un maremoto, se dice. En el caso de los populismos no sé si es el vuelo de las mariposas rusas, de las mariposas sirias, o más bien el resultado lógico del vendabal causado por la ilimitada codicia de la banca occidental. Buscar un único responsable y una única causa de fenómenos tan complejos como es el del populismo me parece una solución tan fácil como peligrosa.

¿Por qué ese empeño en culpar a una nación y a un presidente que sin ser santos tampoco son los demonios que se quieren presentar?

Hace poco lei un par de líneas (no tuve tiempo de más) que Umberto Eco había escrito en su libro “Pape Satán” (o algo así, ya digo que sólo tuve el libro entre mis manos un par de minutos), en el que decía que en tiempos de Berlusconi, la prensa europea sostenía afirmaciones tan atroces acerca del carácter del presidente italiano, que los italianos – herido el orgullo nacional- se veían obligados a defenderle aunque no lo hubieran votado - hasta tal punto llegaban las barbaridades que de él se decían.

Pues bien, tengo la impresión, y es sólo una impresión, de que con Trump se está haciendo lo mismo: se le está demonizando. Tengo la impresión, y es sólo una impresión, de que hoy en día o resultado votado el candidato que un determinado grupo de poderes desea alzar al poder o se genera el caos, y la revolución en aras de la democracia y de la libertad, cuando no es ni democracia ni libertad lo que predican sino todo lo contrario.

Y llegamos al último tema de este artículo, a ese del que nadie quiere hablar, pero que muchos lectores ven. Y este “ver” es peligroso, porque este “ver” de los lectores significa que los hechos “cantan” y que las manipulaciones ya no son manipulaciones, por visibles, sino “llamamientos a – “- sea lo que sea, lo que siga a este “a”.

Hete aquí que Hillary Clinton está organizando una plataforma sin ánimo de lucro para enfrentarse a Trump. Eso de “sin ánimo de lucro” resulta divertido porque hay que recordar que “sin ánimo de lucro” no es sinónimo de “gratis”, simplemente que el dinero que se recoge no será utilizado para el enriquecimiento personal sino para la causa; no obstante el hecho de que no sea utilizado para el enriquecimiento personal no significa que no haya que pagar a los profesionales que trabajan en dicha plataforma.

Es importante establecer tales puntualizaciones a fin de explicar que Hillary Clinton con o sin ánimo de lucro recoge dinero para una causa y que la causa genera gastos, como mínimo eso, de producción.

Así que Hillary Clinton vuelve a necesitar aportaciones monetarias, con todo lo que esto conlleva de problemático:

1)      En la relación financiación-hacienda, etc. 

2)      Teniendo en cuenta que Hillary Clinton fue candidata a la presidencia de los Estados Unidos y que perdió ¿significa su plataforma una continuación desde la campaña presidencial al estilo de si no te puedo ganar en las urnas te derroto en la calle?

3)      ¿Puede considerarse esta plataforma legítima y democrática en tanto que su intención es la de derrocar a un democráticamente elegido presidente que no sólo no ocultó sus intenciones sino que además fue precisamente elegido en función de ellas?

4)      ¿Es legítima y democrática esta campaña que intenta derrocar a un presidente elegido democráticamente porque no está de acuerdo con sus ideas, en vez de confiar en que las instituciones americanas sean lo suficientemente reforzadas por los valores democráticos para servir de dique de contención a cualquier embate antidemocrático? ¿Tan debilitadas están las instituciones americanas que no queda otro recurso que el de la calle y el de la plataforma para recaudar dinero sin ánimo de lucro?

5)      Si dentro de tres años resulta elegido por el pueblo americano otro “Trump”, sea quien sea y se llame como se llame el nuevo “Trump” ¿seguirá teniendo el pueblo americano fuerza para oponerse a él y derrotarlo? ¿Está condenado el pueblo americano a soportar tales excesos emocionales siempre que se elija un candidato que no sea del gusto de una gran mayoria? ¿Cuántas emociones necesita el pueblo americano para vivir? Porque lo cierto es que no para: cuando no es una guerra, es un atentado, cuando no la destrucción del mundo por naves extraterrestres, el apocalipsis originado por los rusos, y el Dia del Juicio Final, con condenación incluida.

Al final va a suceder con Trump lo mismo que contaba Eco de Berlusconi: que se decían de él tales barbaridades que cualquier italiano sensato se veía en la obligación de defenderlo lo hubiera votado o no simplemente por italiano y por sensato. Lo mismo va a empezar a pasar con Trump. De él se critica cada movimiento y dicha reprobación es expandido poco importa si por el mainstream o por el antimainstream. La esquizofrenia está servida, dice Putin. Lo que viene a significar, “la posmodernidad ha ganado”.

Y en ese caso, verdaderamente, la barbarie habrá triunfado.

Ante eso al hombre demócrata sensato occidental no le queda más remedio que defender a Trump como presidente: por demócrata, por sensato y por occidental y apelar a la existencia de instituciones garantes de la democracia.

Desconozco las razones de Hillary Clinton para ponerse al frente de la plataforma pero aunque sean las más dignas y respetables no es, en mi opinión,  la persona más adecuada para ponerse al frente. Su plataforma no huele a democracia, huele a pataleta. Y el mero hecho de que huela ya es un punto en su contra.La mujer del César no sólo tiene que ser honesta, también tiene que parecerlo. Hillary Clinton siembra la duda acerca de sus reales intenciones y esto, a la larga, no puede llevarla a un buen puerto ni a ella ni a la democracia. Es pues necesario preguntarse ¿A quién, o a qué, pues?

La energía errante

Agotada.

Y sí es cierto, me molesta enormemente que hoy en día se lea en diagonal. Ultimamente ni siquiera los correos electrónicos que se envían son leidos correctamente. Escribes “voy a esquiar” y contestan “que te diviertas patinando”. (¿!) . Se lo digo al tranquilo Jorge y se rie tranquilametne: Esos, precisamente esos, mi querido Albatros, son mis “asuntos importantes” y cuelga.

Bill Gates se siente emocionado por la lectura de un libro titulado “El buen ángel que llevamos dentro”, de Steven Pinker.

Yo sigo fascinada por la serie china “Ice Fantasy”. Mis estructuras mentales la comprenden y eso en tiempos en los que en la mayor parte de mis artículos sólo puedo expresar mi asombro ante lo incomprensible, o mi aburrimiento, es mucho más de lo que nunca me hubiera atrevido a pensar.




Comments

Popular posts from this blog

Elucubración: Olla tapada, olla destapada

El Mundo Intermedio.