Respondiendo a Elba.
-Despertar al Espíritu cuando ni siquiera se conoce su paradero no es tarea fácil, - susurra la Bruja. -Y cuando al fin se consigue averiguar, los hombres no tardan en olvidarlo a puro de no prestarle atención – ruge el vampiro. -Los hombres andan de aquí para allá siempre ocupados. – Interviene conciliadora la Energía. -Aman el Espíritu porque logra convertir sus aburridas existencias en plenas vivencias, pero cuando los acontecimientos se suceden uno tras otros imparables e interminablemente, los hombres no disponen de tiempo suficiente para ocuparse del Espíritu y éste se afana en ser recordado, en ser invitado, en ser llamado; al no conseguirlo, el Espíritu se sume en lo que podríamos llamar “apatía”. Ello exige una mayor cantidad de Energía a fin de lograr que el Espíritu se mantenga en funcionamiento. - ¡Sí! – Brama furioso el Vampiro- “¡Eso era lo normal! ¡Eso ha sido tradicionalmente lo que siempre ha acontecido! ¡Hombres agotados por el esfuerzo, sin un Espíritu que...