Bailando un vals con la eternidad
Ustedes ya conocen la lentitud que me caracteriza para comprender aquellos temas que a otros, para ser sinceros a la mayoría, les resultan tan obvios. Sin ir más lejos hoy, por ejemplo, he contabilizado tres. Tres asuntos que a mí no me dejan dormir mientras que al resto de la humanidad les parecen totalmente comprensibles y nítidos. El primero descansa en la pregunta de cómo es posible que la socialdemocracia europea se encuentre en estos momentos tan maltrecha que no logre la victoria ni siquiera en aquellas zonas tradicionalmente consideradas de izquierdas. Para ser más precisos: cómo es posible que Schulz pierda en Saarland, tierra nada más y nada menos que del linke Lafontaine, ante el CDU con la diferencia con la que ha hecho; o cómo es posible que al PSOE una vez fracasada su mayoría en el Parlamento no se le ocurra otra cosa mejor que abstenerse para posibilitar que el partido conservador pueda ser finalmente investido. “Por el bien de España”, dicen los socialistas, y al ...